Tengo un amigo del que siempre he pensado que posee una tremenda inteligencia emocional, una cualidad que envidio precisamente porque adolezco de ella. En cierta forma me gusta describir las características de una persona por como reacciona en determinadas situaciones. Por ejemplo, tenía una amiga que cuando me preguntaban por cómo era ella siempre respondía: " es una persona con la que simplemente sentada con ella en un escalón y comiendo pipas, el tiempo pasa volando" Pues aquel amigo es al que me gusta definir como la persona a la que miro cuando en una situación de tensión, descontrol o incertidumbre, no se que debo hacer. Un ser humano que sabe adaptar inmediatamente sus sentimientos a la situación en cuestión y moldearla para ajustarla a la medida y grado de la misma. La sociedad es un ente vivo, algo que respira, que cambia y que reacciona. Nosotros sólo aspiramos a poder adaptarnos lo mejor posible a cada aliento de un mundo que no comprendemos. Él es la persona que mejor sabe adaptarse a ese mundo.
He leído recientemente que la inteligencia emocional es en resumen enfadarse con la persona correcta con el grado e intensidad correcto. Complicada tarea para aquellos a quienes la pasión y el corazón entorpece cualquier intento de la razón de aplicar cordura. Pensando en esto creo que es una de las cualidades que pueden ser más útiles a lo largo de nuestra vida en relación con los demás.
La inteligencia emocional está muy relacionada con la empatía, una cualidad que practicamente garantiza unas relaciones cordiales y productiva con tus compañeros, amigos o familiares. La empatía es ponerse en el lugar de otra personas e intentar comprender qué es lo que siente o cómo se siente. Pero en mi opinión eso es sólo una parte, la inteligencia emocional usa la empatía como el instrumento para acercarnos a los demás y luego ella se encarga de adaptarse, amoldarse a la situación de la otra persona para intentar dar una respuesta acertada a los sentimientos del prójimo.
Como he dicho, todo es sentimiento y nada escapa a él. Por eso creo que quien sepa manejar los suyos y, en cierta manera el de los demás, tendrá éxito en muchas de las tareas que se proponga llevar a cabo.